Por Marco Gómez
Faustino Asprilla es uno de los personajes del fútbol colombiano de los que más se ha hablado en todos los tiempos. Sus grandes jugadas cuando era futbolista profesional y sus polémicas afuera de la cancha han dado demasiado material para que se comente en demasía sobre los aspectos más llamativos de la vida del exjugador de la Selección Colombia y clubes como Atlético Nacional, Newcastle y Parma FC.
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La frenética vida que llevó, y que lleva, por sus exenticos gustos por la diversión, fiesta y mujeres; siempre han sido tema central de conversación desde que el exdelantero ‘colgó los guayos’ para siempre y se dedicó a disfrutar de todo lo que cosechó con su gran talento durante los mejores años futbolísticos de su vida.
En el amplio escenario del fútbol colombiano, el exdelantero sobresale como uno de los personajes más reverenciados y, al mismo tiempo, controvertidos de todos los tiempos. La huella dejada por sus prodigiosas jugadas como futbolista profesional se entrelaza de manera intrínseca con las polémicas que, fuera de la cancha, han generado un torrente incesante de comentarios y especulaciones en torno a los aspectos más llamativos de la vida del exjugador.
Sin embargo, el exfutbolista se queda en pañales si comparamos sus locuras con las que hizo ‘el papá de los futbolistas fiesteros’: la leyenda del fútbol brasileño Ronaldinho, quien es quizá el jugador más talentoso que ha nacido, pero su gusto por la fiesta y la vida nocturna hicieron que su tiempo en la élite durara menos de lo que muchos desearan.
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Eso quedó evidenciado en las múltiples anécdotas que se cuentan sobre sus desórdenes, como la que relató recientemente el expresidente Adriano Galliani del AC Milan en su autobiografía, en la que dijo: "Allegri (Maximiliano) me llamaba todos los días para quejarse de que Ronaldinho llegaba tarde a los entrenamientos, que salía de fiesta, que dormía poco. Un día me llamó y estaba más furioso de lo normal. Me dijo: '¡Ya basta, he perdido la paciencia! Es absolutamente necesario venderlo. ¡Esta mañana llegó a tiempo al entrenamiento!'. No entendí y le dije: 'Ahora que por fin llega a tiempo al entrenamiento, ¿quieres deshacerte de él?'. Él me respondió: 'Llegó a tiempo, pero directamente de la discoteca'".
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