Por David Arengas
La designación de Lima como sede de la final de la Copa Libertadores 2025 ha reabierto una herida en el fútbol colombiano: la ausencia de una final continental en territorio patrio. El ácido análisis del periodista Carlos Antonio Vélez no se hizo esperar, y en su tribuna de 'Palabras Mayores' destapó sin tapujos las dos razones que, a su juicio, condenan a Colombia a ver la gloria desde lejos.
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Con su habitual vehemencia, Vélez desestimó los esfuerzos de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) por postular estadios colombianos como sedes de las finales de la Libertadores y la Sudamericana (mencionando específicamente el Atanasio Girardot y el Metropolitano). Para el experimentado comentarista, la raíz del problema es doble: una infraestructura que se queda corta y una falta de compromiso gubernamental alarmante.
"Hay dos razones por las que el esfuerzo de la federación no ha tenido éxito. Primero porque los estadios son muy pequeños", lanzó Vélez, poniendo el dedo en la llaga de la capacidad limitada de los principales escenarios deportivos colombianos en comparación con los imponentes recintos de Brasil, Argentina o Perú, que sí han sido elegidos para albergar estas finales únicas.
Pero la crítica más punzante de Vélez se dirigió al gobierno colombiano, contrastándolo con la inversión estratégica del gobierno peruano para asegurar la final de la Libertadores en Lima. Con su característico lenguaje directo y sin concesiones, el periodista sentenció: "Y segundo porque el gobierno peruano puso un dinero y en Colombia no podemos pedirle al señor que tenemos de presidente que nos ayude con una plata. Lo primero es el tamaño de los estadios y segundo, no es lo mismo con un gobierno que da la posibilidad, a través de la financiación, que cuando tenemos a rasputacha, que no raja ni presta el hacha, así es complicado y difícil".
La dura metáfora utilizada por Vélez para referirse al presidente colombiano ("rasputacha, que no raja ni presta el hacha") subraya su frustración ante la aparente falta de interés o apoyo económico del gobierno para impulsar la candidatura de Colombia como sede de eventos deportivos de esta magnitud.
En resumen, para Carlos Antonio Vélez, la combinación de estadios con capacidad insuficiente y un gobierno que, a su juicio, se muestra indiferente a invertir en el deporte de alto nivel, son los dos obstáculos insalvables que impiden que Colombia pueda disfrutar de una final de Copa Libertadores o Sudamericana en su propio territorio. Un análisis crudo y directo que seguramente generará debate y polémica en el ámbito del fútbol colombiano.
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