Fútbol Colombiano

Millonarios, los centímetros se pagan caro y los brasileños saben cobrar

La defensa de Millonarios dio un paso en falso y los brasileños aprovecharon para marcar.

Por Marco Gómez

La defensa de Millonarios dio un paso en falso y los brasileños aprovecharon para marcar.
La defensa de Millonarios dio un paso en falso y los brasileños aprovecharon para marcar.
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No era un secreto que el partido iba a ser complicado para Millonarios, pero en particular lo iba a ser para la defensa capitalina, a quienes les tocaría bailar no con la más fea, sino con la más pesada, pero en calidad. Los nombres que componen el ataque de Atlético Miniero son envidiables, pero lo es mucho más su funcionamiento.

A pura verticalidad. Así juegan los brasileños. De forma directa. Y cuando se habla de sistema ofensivo no solo se limita al referirse de los atacantes, sino de aquellos que los alimentan y surten de balones con gran categoría. Aun así, el sector defensivo de Millonarios hizo un trabajo que aceptable en el compromiso, aunque Álvaro Montero terminó siendo figura.

El hincha siempre va a querer que su equipo sea agresivo. Que apriete y presione la salida del rival. Claro, esa propuesta da buenos resultados, pero también es peligrosa y se paga caro cuando no hay una coordinación precisa, porque se está hablando de un concepto colectivo y, por ende, todas sus partes deben hacer un papel casi que perfecto.

Sin embargo, en la foto del gol que marcó Mineiro queda evidenciado que apretar la salida y jugar en bloque corto es un arte delicado. Más cuando tienes en frente a jugadores como Jemerson, quienes son capaces de levantar la cabeza y tirar un pase de más de 30 metros verticales con extrema precisión, como el que le lanzó a Paulinho para que este empatara.

Un paso adelanta y otro hacia atrás

A pesar de esa capacidad, un engranaje correcto en defensa casi siempre se debería imponer ante cualquiera de estas intenciones. Pero en el gol que le termina arrebatando el triunfo a ‘Millos’, los centrales capitalinos no coordinaron bien. Mientras Andrés Llinás daba un paso hacia delante, Juan Vargas jugaba con la trayectoria del balón. Ahí estuvieron los centímetros costosos.
 


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