Fútbol Colombiano

Ni mansiones, ni Palacios, así es la finca que tiene Faustino Asprilla en Colombia

El exjugador de la Selección Colombia es uno de los que más ha dado de qué hablar por sus posesiones y con esta propiedad no se queda corto.

Por Marco Gómez

El exjugador de la Selección Colombia es uno de los que más ha dado de qué hablar por sus posesiones y con esta propiedad no se queda corto.
El exjugador de la Selección Colombia es uno de los que más ha dado de qué hablar por sus posesiones y con esta propiedad no se queda corto.

En San Tino, Faustino Asprilla disfruta de sus mejores momentos, tanto de día como de noche. Este lugar es su finca, ubicada en las afueras de Tuluá, un pequeño municipio del Valle del Cauca, donde nació hace 52 años y donde encuentra paz y alegría.

La finca, llamada San Tino en honor a su hijo Santiago y a su apodo, es una extensa propiedad que consta de dos casas. Una de ellas está destinada a sus trabajadores, mientras que la principal, donde él reside, es una imponente construcción de dos plantas. Su diseño evoca la esencia de un tradicional rancho mexicano, tal como él lo deseaba, en un homenaje al estilo del país azteca.

En este vasto terreno, la gigantesca hacienda alberga una impresionante caballeriza donde reposan sus valiosos caballos y yeguas. Además, cuenta con una cancha de fútbol de dimensiones profesionales, pues no puede faltar un partido con sus amigos que lo visitan.

Las habitaciones de la finca están elegantemente amuebladas, ofreciendo camas dobles y baños privados. Pero eso no es todo, también dispone de una discoteca privada y un bar iluminado, siempre bien surtido. A su vez, cuenta con un par de salones de juegos, una enorme piscina y un área para realizar tradicionales y famosos asados.

A Faustino no le puede faltar un jacuzzi

Faustino tiene un gusto especial por los jacuzzis. Uno se encuentra cerca de la piscina, mientras que en su propia habitación posee uno privado con capacidad para albergar a diez personas. Según aquellos que han visitado la finca de Faustino, él es un excelente anfitrión. En su hacienda, nunca faltan los amigos, así como tampoco escasea el licor, la compañía femenina y la fiesta, que fácilmente puede extenderse a lo largo de un fin de semana completo.

 


 


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